Con el decreto del estado de alarma muchos trabajadores han trasladado su puesto de trabajo a casa. Lo que puede parecer algo sencillo y atractivo: un ordenador portátil y poder trabajar en pijama desde el sofá, puede ser una trampa para la conciliación, la productividad y la salud. Por eso, os proponemos algunas estrategias para trabajar desde casa.
Hablamos de trabajos principalmente estáticos, frente a un ordenador y en los que las reuniones o encuentros fuera y dentro del centro de trabajo se sustituyen por llamadas telefónicas y videoconferencias. Todas estas recomendaciones e ideas son orientativas y, por supuesto, cada uno deberá ir adecuando su estrategia para trabajar desde casa a sus propias circunstancias. No dejéis de compartir con nosotros vuestras ideas.
El puesto de trabajo
En nuestra empresa, los compañeros de prevención de riesgos se encargan de valorar la idoneidad de mesas y sillas, altura y proximidad de las pantallas, iluminación del puesto de trabajo y adaptación del mismo a las características y necesidades particulares del trabajador. En casa no están nuestros compañeros de prevención de riesgos, pero debemos pensar que, si en nuestro empleo solicitamos y agradecemos estas medidas, en la medida de lo posible deberíamos tenerlas en cuenta en casa. Por ejemplo, trabajar con el portátil en el sofá puede acarrearnos graves molestias cervicales y de espalda. Lo aconsejable es establecer un espacio de trabajo estable, a ser posible bien iluminado y un asiento cómodo que facilite la postura correcta de la espalda. Si cuentas en casa con un estudio o similar, es lo ideal, en caso contrario puedes establecer un rincón en cualquier habitación para fijar tu espacio de trabajo, preferiblemente un espacio en el que no tengas demasiadas distracciones durante la jornada laboral.
Fija un horario
Las personas que habitualmente trabajan desde casa recalcan la importancia de establecer una jornada laboral estable, una hora de inicio y una de fin. Sin embargo, la situación excepcional en la que nos encontramos no facilita estas decisiones, especialmente en los hogares con niños. En todo caso, es importante establecer un horario para poder dedicar tiempo al trabajo, a las actividades domésticas y a la familia.
A la hora de fijar el periodo laboral, ten muy en cuenta tus horas más productivas y con menos distracciones, aprovéchalas para realizar las tareas que requieran más atención. Establece objetivos laborales cada día y organiza tu agenda de forma realista, divide los trabajos más amplios en varios más breves y prioriza tareas. No seas demasiado ambicioso, esta situación es nueva para todos y requerirá un periodo de adaptación.
El tiempo para estar con la familia es el que más se resiente cuando tenemos que hacer frente a las obligaciones, intenta que en esta situación no sea así. Tenemos la oportunidad de compartir mucho tiempo con las personas a las que queremos, aprovechémoslo. Reserva parte de tu día para tu familia y amigos, habla con ellos en casa o por teléfono.
Trucos
– Haz descansos, cada cierto tiempo levántate de la silla, da un paseo por casa, ve a beber agua o simplemente mira por la ventana, te ayudará a despejarte.
– No desayunes o almuerces en tu puesto de trabajo, seguramente comerás más, peor y al poco tiempo tendrás hambre otra vez.
– Si recurres al picoteo mientras trabajas procura cortar fruta por la mañana o ten a mano frutos secos (mejor que galletas o bollería industrial) y utiliza platillos pequeños para tenerlos en la mesa de trabajo.
– Si al final de tu jornada dejas unos minutos para revisar las tareas cumplidas y planificar los objetivos principales del día siguiente agilizarás el inicio de tu jornada y ahorrarás tiempo.
– No caigas en la tentación de hacer tareas domésticas en el tiempo que has decidido dedicarle al trabajo, eso hace que tanto la jornada laboral como las tareas domésticas se alarguen a todo el día.