Las personas con discapacidad en China no están bien vistas, en general, los padres que conciben un hijo o hija con discapacidad los llevan a orfanatos. Cada año, aunque el número ha ido en descenso gradualmente, llegan aún a los orfanatos aproximadamente 10.000 niños abandonados. La gran mayoría, hasta el 98% según algunos cálculos, están enfermos o son discapacitados, según datos oficiales.
Esto sucede porque culturalmente y socialmente a las personas con discapacidad se les denominaba como personas “canfei”: malformados e inútiles. Un defecto físico se percibía como reflejo de una tacha moral o un castigo divino por alguna maldad suya o de su familia. “Se les percibía como una carga. Una familia con un miembro discapacitado era vista como gente maldita”, explica Wang Zhenyao, director del Instituto de Investigación sobre la Filantropía, un “think tank” chino especializado en la asistencia social.
Además, se añade otro motivo más de carácter económico y es que los niños con discapacidad necesitan más atenciones y en China no hay un sistema público para garantizar esos tratamientos. Por eso, muchos padres también deciden mandar a esos hijos o hijas a los orfanatos. Y en esa misma línea, esos niños con discapacidad no tienen grandes posibilidades de salir de allí o ser adoptados.
Son las ONGs y Asociaciones las que hacen el trabajo para cuidar a esos niños con discapacidad y que no estén en peores condiciones pero socialmente aún no hay ninguna concienciación para mejorar la vida de estas personas y mucho menos que se puedan desarrollar laboralmente o académicamente. Las personas con discapacidad son invisibles en China y por ahora, no tiene pinta de que haya otra tendencia diferente a esta.
En nuestro recorrido por conocer la discapacidad internacional, descubrimos que China es uno de los países en los que las personas con discapacidad tienen menos oportunidades. Por eso, desde Fepamic sabemos de la importancia de la visibilidad y la inclusión de todas estas personas para crear un mundo más justo y equitativo.