La guerra en Yemen dura ya seis años. Se calcula que, a finales de 2019, más de 233.000 yemeníes han perdido la vida por culpa de los combates o de la crisis humanitaria. Mientras, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha documentado más de 20.000 civiles muertos y heridos por los combates desde marzo de 2015. Una crisis humanitaria que ha crecido de manera vertiginosa, con alrededor de 16 millones de personas que se levantan hambrientas cada día.
En esta situación, las personas con discapacidad (muchas de ellas a causa de las bombas y los disparos) tienen más dificultades para sobrevivir en estas circunstancias. Así, Amnistía Internacional habló con varias personas con discapacidad y familiares para conocer su experiencia y realidad. Estas personas dicen tener más problemas porque no pueden huir; no tienen sillas de ruedas, muletas o una herramienta necesaria para hacer su día a día más fácil; dependen de la ayuda de sus familiares; en los campamentos sufren cierto rechazo; no tienen acceso a los medicamentos y la ciudad no está adaptada como por ejemplo los sanitarios.
Estas personas tampoco reciben ayuda del Gobierno por la situación de inestabilidad que vive el país ni los hospitales se pueden hacer cargo de los tratamientos porque son muy caros y no hay recursos suficientes para ellos, al igual que es muy complicado el comercio internacional. Así, estas personas también tienen más dificultad para acceder a escuelas y a trabajos, lo que hace más complicado que tengan el dinero para adaptar su realidad.
Las guerras son perjudiciales para todos pero más para personas con discapacidad por eso es importante que se conozca esta realidad y darle visibilidad. La lucha para la inclusión de las personas con discapacidad tiene que ser mundial y desde Fepamic sabemos la importancia de la educación y la formación y por eso, somos empáticos con otras personas con discapacidad que están pasando unas circunstancias muy difíciles y desde aquí, queremos mostrar que hay que seguir luchando para mejorar la sociedad de todos.